Todos
hemos experimentado en muchas ocasiones una perdida de energía que
disminuye nuestra eficacia personal y profesional.
Puede
ser un ladrón de energía el autoconcepto
negativo que tenemos de
nosotros mismos y de lo que hacemos. O la hostilidad
que mantenemos hacia
personas o situaciones. O el trabajo rutinario o aburrido exento
de relaciones enriquecedoras.
O el sentimiento de
indefensión o
paralización que se apodera de nosotros ante situaciones que creemos
incapaces de superar.
Para
frenar la reducción de energía e incrementar la eficacia personal
estás son algunas ideas que sugerimos:
- Construye tus opciones. Piensa en ellas: siempre las hay. ¿Qué opción tengo para superar esta situación que me atrapa? Siempre tenemos posibilidades de elección: es cuestión de concentrarnos en buscarlas y ponerlas en marcha. Buscar, experimentar, construir, actuar… esa puede ser tu oportunidad.
- Ponte metas y define planes de acción. Cuando ansiamos llegar a una meta o conseguir un objetivo que nos impulsa o apasiona ponemos en circulación una mayor cantidad de energía. Cuando sabemos donde queremos ir mantenemos alto nuestro nivel de energía. ¿Tienes objetivos? ¿Todos los días hay algo que quisieras hacer o conseguir? En el inicio ponte retos que puedas superar y así verás, como al conseguirlos, se incrementa tu energía. Buscar ahí tu oportunidad puede ser una opción.
- Cultiva una actitud positiva. Son muchas más las cosas positivas que suceden a tú alrededor que las negativas: ¡seguro! ¿Por qué entonces fijar tu atención en lo que no funciona? Piensa que la actitud es patrimonio tuyo, un patrimonio valioso que no lo puedes dejar al alcance de personas o situaciones negativas. Si cada día introduces una acción positiva, aunque sea solo de DIEZ MINUTOS, estás cultivando tu vivero personal de energía. Tú puedes decidir donde están tus oportunidades.
- Saca lo mejor de ti mismo. Analízate, date la oportunidad de descubrirte. Tienes talentos, habilidades, cualidades… que te ayudarán a dar lo mejor de ti. Son tus grandes aliados para desarrollar tu eficacia personal y profesional.
- Quiérete incondicionalmente. ¡Claro que tienes defectos! ¡Claro que hay cosas que debes mejorar! Comprométete a mejorar y quiérete a pesar de esos defectos. Si alentamos nuestra autoestima nos damos “un chute” de motivación y energía. Somos los protagonistas de nuestra vida y disponemos de la libertad para elegir como queremos vivirla. Quererse a uno mismo es darnos una primera oportunidad.
Y
si estas ideas no te inspiran a poner acción busca en tu interior
porque allí encontraras una respuesta alternativa.
Muchas
gracias por llegar hasta aquí.
(Reflexiones
inspiradas en trabajos de John E. Jones y William L. Bearly)